Escuela Kundalini Yoga y Sat Nam Rasayan Zaragoza | Cartas del confinamiento
La Escuela de Kundalini Yoga y Sat Nam Rasayan Zaragoza es un Centro donde se imparten Clases de Yoga y además una ESCUELA donde acceder a diversos niveles de Participación y Formación. El Yoga como una vocación de Servicio y Enseñanza en todas las edades y etapas de la vida.
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Cartas del confinamiento

Cartas del confinamiento

Este es un momento en el que es necesario, acoger, escuchar, sostener y compartir sin invadir, para permitir la singularidad del proceso individual de cada uno.

En nuestro caso hemos creado esta publicación para que sirva como una invitación a compartir una reflexión, una frase que despierte algo especial en tí y también pueda hacerlo en otros, en definitiva, aquello que exprese tu voluntad de servir a otro, o que te sirva a tí.

Animamos a todos los alumnos de nuestra Escuela y también a cualquiera que quiera expresar o compartir algo sencillo y sentir que le escuchan aún cuando no hay respuesta.

Puedes firmar con el nombre que tu quieras, sea real o un seudónimo aportando tu e-mail para que pueda publicarse tu comentario en el momento, siempre con la intención de servir a elevar y nunca para destruir.

Mantendremos abiertos los comentarios durante este periodo de cuarentena en el que estamos todos en casa y es por eso que lo hemos llamado: «Cartas del Confinamiento» recuperando esa acción que antes significaba tanto, escribir y recibir una carta.

Te deseamos lo mejor en este momento extraño.
Un fuerte abrazo.

 

 

 

 

 

 

16 Comentarios
  • Pentesilea
    Publicado a las 00:20h, 04 mayo

    Yo cuido de tí, tú cuidas de mí. En el desconfinamiento: seamos responsables. Un día más, uno menos.

  • c.lermanda
    Publicado a las 19:37h, 28 abril

    En estos tiempos de crisis, abundan los gurus, maestros, maestrillos y aprendices de maestros. «Algunos siguen al iluminado o quieren llegar a serlo. Ser mejores que los demás».
    Es lo que me decía mi maestro siendo yo un muchacho. Reconozco que lo escuchaba pero no le creía, pasarían años para que entendiera lo que me quiso transmitir…El conocimiento es una conquista que se hace a diario, donde el análisis al unísono de ayer , el presente y el mañana, nos permiten alcanzar una síntesis, que da paso a la obtención de sacar una conclusión sobre algo…

  • Merche
    Publicado a las 13:22h, 27 abril

    Buenos días.
    Es gratificante leer vuestros escritos.
    Yo estoy en momento de simplicidad, he dado un paso atrás, lo simple me hace sentir bien, en paz, mi cabeza no quiere pensar.
    Parar, observar, hacer con calma, dejar que cada día me sorprenda y aprender de mí, de vosotros, de otros.
    Reconocer lo que ya sé y disfrutarlo como auténticamente mío.
    Me gusta abrazarme y llevar mis manos al centro de mi pecho y masajear mi corazón.
    Me gusta dejarme invadir por el «Espíritu» que es mas que yo y a la vez me siento mas yo.
    Un abrazo amoroso para todos.

    • Pentesilea
      Publicado a las 00:17h, 28 abril

      Buenas noches, Merche,

      Cada cual, en estos extraños días, todos optamos por lo que mejor fluye en nuestro interior, lo que discurre sin esfuerzo.

      Un fuerte abrazo. Un día más, un día menos.

  • Pentesilea
    Publicado a las 22:05h, 24 abril

    Instrucciones para su lectura: escuchar archivo de Youtube al comenzar o terminar de leer.

    https://youtu.be/E1tOV7y94DY

    Vivimos días extraños en los que a menudo solemos realizar un breve – o complejo, cada cual sabrá cómo discurre el suyo – examen sobre los «sucedidos» de un pasado que ahora nos parece remoto, recordando aquellos que logran que la realidad gris resplandezca e intentando «perder de vista» aquellos que la oscurecen.

    Son todos ellos, los momentos buenos y los menos buenos, el gran conjunto de razones que esbozan el sentido de nuestra vida y que analizados y compartidos (aunque sea levemente) mitigan la angustia existencial.

    En estas fechas, aparecen – también – recuerdos de momentos sutiles de inadvertida felicidad – esos que te acarician en el cuello y que, quizá, en otra época, pasarían desapercibidos: el tren poniéndose en marcha y el asiento de tu lado que queda vacío. Escuchar, por casualidad, esa antigua canción que te encantaba tiempo atrás y que casi habías olvidado. La sonrisa de un desconocido – «a contra marcha» – desde la escalera mecánica de unos grandes almacenes. Esa prenda que te compras con «mala conciencia» y que, al pagar, descubres que tiene un 25% de descuento. Descubrir entre la gente una mirada antigua, de otros tiempos más simples y sin memoria, y comprobar que continúas en su mente.

    Ratificar, una vez más, que las risas de la gente que quieres suenan igual de bien en el Norte, en el Sur o en el Centro.
    Rememorar el calor de ese sol compartido con conversaciones llenas de risas con sabor a granizado de limón. Terminar ese trabajo largo y plúmbeo, bordarlo y sentirte orgulloso de una labor redonda. La sonrisa de agradecimiento de tus padres cada vez que «subes» a tomar café, a compartir el tiempo que llena su haber y siempre está – vestido de rojo – en tu debe. La mirada cómplice del hombre que lleva contigo toda la vida cuando le entiendes en su silencio. La cabeza de tu hijo – grande como un mallo – en tu regazo cuando te pide que le masajees como cuando era niño. Todas esas situaciones que traen un eco de «Aguas de Março.

    Igual que marcar los asuntos pendientes en la agenda nos ayuda a sentirnos más seguros, como si nos salvaguardáramos de la avalancha del presente, además de aportar una sensación liberadora de eficacia, lo subcotidiano, lo infracotidiano – descubrimientos, lugares comunes, incluso pálpitos, nos hace buena compañía y roza los pliegues de una intimidad que, en estos tiempos de difícil control, parece desenfocada. No vivimos tiempos de grandes esperanzas, pero el pulso de la vida nos tiende cada día un anzuelo: identificar los enormes momentos de felicidad inadvertida que de cotidiano – en plena intemperie mundial – son el mejor asidero para continuar poniéndonos de pie todos los días.

    Recordemos todos los días las gotas o gotones de felicidad que vivimos procurando que nada nos nuble su vista.

    Un día más. Un día menos.

  • Pentesilea
    Publicado a las 17:52h, 22 abril

    En estos días, es posible que habitemos – un poquito más a menudo – los salones de la fragilidad. Debemos pensar que solamente estamos doblados, no rotos; que somos como los juncos: flexibles y resistentes, capaces de enderezarnos y volver a SER.

    Un día más. Un día menos.

  • robertovitoria.rf@gmail.com
    Publicado a las 10:22h, 22 abril

    Con este traje de frío en la oscuridad
    Frente a un abismo de once dimensiones
    Al que lanzar al azar todo lo que no queramos cargar encima.
    Deseos tan ligeros como promesas
    Una voluntad tan liviana como escasa
    Y la sospecha persistente e impertinente
    Aunque traten siempre de disimular.

    Acciones y facciones
    Que no me convencen
    Y el reflejo en el espejo está loco de atar
    Todo este abanico de pantomimas
    Todas las risas todas las rimas.

    No conseguirán engañarnos a todos
    Aunque a veces parecemos tontos
    No conseguirán engañarnos a todos
    A todos no.

    En noche cerrada entran todas las moscas
    Y nos bañamos en el mar, la mar de bien
    Mas allá donde no alcanza la vista
    Llegaban mis expectativas.

    Un tejido de elucubraciones de teorías
    En universal galimatías
    Marionetas de agua a la deriva
    Bailando a lomos de oleajes de surf.
    No conseguirán engañarnos a todos
    Aunque a veces parecemos tontos
    No conseguirán engañarnos a todos
    A todos no.

    Qué ruido hace
    Un hombre que se quiebra en soledad
    Qué cobijo encontrará
    En la sombra de un mal pensamiento
    Intentan desplumar nuestras alas
    Como si fueran un casino de Las Vegas
    Que saliera el conejo del sombrero
    Desbordando la copa de la incredulidad.

    No conseguirán engañarnos a todos
    Aunque a veces parecemos tontos
    No conseguirán engañarnos a todos
    A todos no.
    Enrique Bunbury

    • Pentesilea
      Publicado a las 14:26h, 23 abril

      Me encanta Bunbury. Gracias por compartir, Roberto.

  • robertovitoria.rf@gmail.com
    Publicado a las 10:12h, 22 abril

    Estamos aquí por que no hay ningún refugio donde escondernos de nosotros mismos, hasta que una persona no se confronta en los ojos y en corazón de los demás, escapa.
    Si no permites a los demás, compartir tus secretos, no te liberas de ellos.
    Si tienes miedo de darte a conocer a los otros, al final no podrás conocerte a ti mismo ni a los demás, estarás solo.
    ¿Donde podremos conocernos mejor sino en nuestros puntos comunes?
    Aquí juntos, una persona puede manifestarse claramente, no como el gigante de tus sueños ni el enano de tus miedos, sino como parte de un todo con su aportación a los demás.
    Sobre esta base podemos enraizarnos y crecer, no solos como en la muerte, sino vivos para nosotros mismos y para los demás.
    Buen día!

  • Pentesilea
    Publicado a las 15:47h, 19 abril

    La vida continúa y muchos se preparan para ello.

    https://youtu.be/NiM-x4fPFRI

    Imitémosles. Un día más. Un día menos.

  • Pentesilea
    Publicado a las 15:42h, 19 abril

    Este texto no es mío, me lo envió una amiga. Creo que define a la perfección palabras que, hoy en día, inundan nuestro vocabulario.

    «Hay dos clases de Silencio: uno que asfixia y ahoga, otro que oxigena, equilibra y armoniza…

    Hay dos clases de Cansancio: uno tedioso y estéril, otro lleno de sentido, rico y fecundo…

    Hay dos clases de Soledad: una que hasta “acompañada” destruye, otra que «sola o acompañada», edifica, plenifica y ¡revive!…

    Hay dos clases de Trabajo: uno que esclaviza y mutila, otro que vivifica, ilumina y libera…

    Hay dos clases de Risa: una que ofende y agrede, otra que alegra, entusiasma y reanima…

    Hay dos clases de Mirada: una que degrada y mutila, otra que enaltece, reconforta y sublima…

    Hay dos clases de Relaciones: unas que aniquilan y envilecen, otras que logran el ‘milagro’ de hacer surgir lo mejor de nosotros mismos…

    En la vida hay «dos clases» de todo o de casi todo y cada uno de nosotros, desde el fondo de nuestros corazones, sabemos con qué ‘clase’ de realidad decidimos Vivir …

    La Vida no se nos da ‘de una vez’ y para siempre… La vida se nos da cada día, cada minuto, ‘cada instante’…»

    Un día más, un día menos.

  • Pentesilea
    Publicado a las 23:42h, 16 abril

    En estos extraños días, los sentimientos no son cómodos y, menos, cuando no desean, o mejor dicho, no facilitan ser expresados. Por ello, lo mejor, es interiorizarlos, sentirlos en su paseo silente por nuestro interior, enclaustrarlos y sólo vivirlos.

    Pueden ser compartirdos con tus «habitantes interiores» (son como tumbas), yo me reuno con ellos de vez en cuando y logro que me hablen de cómo ven las cosas desde el otro lado.

    Para ello es necesario entretenerse a solas, en silencio, y fingir que no te enteras de cómo van avanzando las horas a fin de pulverizar la gravedad del tiempo. Son, en cierto modo, ejercicios de precalentamiento para alcanzar el dulce espacio donde los compromisos no pesan porque ya se ha transgredido la sensated horaria, y las ambiciones se reducen a un programa de actos más vacio que el de una fiesta mayor en el desierto.

    Así de lejos, y así de cerca de mi misma, consigo que tomen asiento y me informen (y escuchen) de ciertos desórdenes que debo corregir, porque desde dentro se conoce mejor que desde fuera cómo trabaja el estómago y qué reivindican los sentimientos.

    Mis habitantes son dispares como esos surtidos de galletas variadas que para saber si están rellenas las muerdes y, si no aciertas, las arrinconas con disimulo. Me faltan algunos por reconocer – son nuevos – pero ya he identificado varias procedencias: están los recuerdos intactos como en una fotografía, los rostros amados y temidos, ecos que retumban, mensajes ineludibles, escudos contra el dolor, timbres de felicidad, claves para sobrevivir, musas distinguidas, temores distópicos y, además de otros, señales de clarividencia.

    Cuando acuden conforman un curioso coro que la gente denomina la voz de la conciencia. Para mí, en cambio, que me reconozco un ser contradictorio, fluctuante, llena de matices y capaz de interpretar varios tipos de «lenguajes», son identidades ajenas que se han aposentado en mi memoria, en mi duda y en mis deseos. 

    Entran y salen con total libertad. No es necesario que llamen, ni tan siquiera que saluden o se despidan. Los que deciden quedarse, a veces, me ensordecen y me incomodan aunque también me reconfortan. Incluso, cuando te persiguen los fantasmas sin sábana y te hacen sombra para que abandones, percibes como una caricia en el pelo tan placentera que te sientes dentro de una burbuja y nada temes.

    He de confesar que, en alguna que otra ocasión, los he mandado a paseo y he sido descortés con ellos, porque una tormenta de contrariedades se agita en el interior y en lugar de buscar el sol, me recreé con los truenos. Otras, si se ha ido la luz y la oscuridad me asusta, aparecen en forma de luna llena y ya veo claro.

    A mí, estos pequeños entes de adentro suelen darme ideas hermosas como la de detenerme ante fragmentos que de tan cotidianos se desentienden de la mirada. Hablan poco y bien, tercos, como esos viejos sabios que conocen el lenguaje del silencio y el peso de cada alma, y no se dejan seducir por nada.

    Tengo muy claro que no puedo perderlos porque incluso la soledad perdería. Por eso, los invito a reunirnos sin orden de día y con el pensamiento deseoso por llegar a destinos desconocidos que, como las ciudades, el salón de casa y las islas existen desde hace mucho. Sólo cuando los pisas con tus propios zapatos y los contemplas desde tus ojos en los suyos, sientes la grandeza del descubrimiento.

    En estos extraños días, háblales a ellos.

  • Sandra Lee
    Publicado a las 19:44h, 16 abril

    Don’t Give Up (canción de Peter Gabriel y Kate Bush)

    Magnífico abrazo interminable:

    https://www.youtube.com/watch?v=VjEq-r2agqc

    https://en.wikipedia.org/wiki/Don%27t_Give_Up_(Peter_Gabriel_and_Kate_Bush_song)

    —————————

    Letra de la canción Don’t give up, de Peter Gabriel, en inglés (english lyrics)

    In this proud land we grew up strong
    We were wanted all along
    I was taught to fight, taught to win
    I never thought I could fail

    No fight left or so it seems
    I am a man whose dreams have all deserted
    I’ve changed my face, I’ve changed my name
    But no one wants you when you lose

    Don’t give up
    Because you have friends
    Don’t give up
    You’re not beaten yet
    Don’t give up
    I know you can make it good

    Though I saw it all around
    Never thought I could be affected
    Thought that we’d be the last to go
    It is so strange the way things turn

    Drove the night toward my home
    The place that I was born, on the lakeside
    As daylight broke, I saw the earth
    The trees had burned down to the ground

    Don’t give up
    You still have us
    Don’t give up
    We don’t need much of anything
    Don’t give up
    Because somewhere there’s a place
    Where we belong

    Rest your head
    You worry too much
    It’s going to be alright
    When times get rough
    You can fall back on us
    Don’t give up
    Please don’t give up

    I got to walk out of here
    I can’t take anymore
    Going to stand on that bridge
    Keep my eyes down below
    Whatever may come and whatever may go
    That river’s flowing
    That river’s flowing

    Moved on to another town
    Tried hard to settle down
    For every job, so many men
    So many men no one needs

    Don’t give up
    Because you have friends
    Don’t give up
    You’re not the only one
    Don’t give up
    No reason to be ashamed
    Don’t give up
    You still have us
    Don’t give up now
    We’re proud of who you are
    Don’t give up
    You know it’s never been easy
    Don’t give up
    Because I believe there’s the place
    There’s a place where we belong

    Peter Gabriel – Don’t give up

    —————————————–

    Letra en español de la canción de Peter Gabriel, Don’t give up (letra traducida)

    En esta tierra orgullosa crecimos fuertes,
    fuimos queridos todo el tiempo (all along).
    Me enseñaron a luchar, me enseñaron a ganar,
    nunca pensé que pudiera fallar.

    No abandoné la lucha o eso es lo que parece,
    soy un hombre al que han abandonado todos sus sueños.
    He cambiado de cara, he cambiado mi nombre,
    pero nadie te quiere cuando pierdes.

    No te rindas, (give up)
    porque tienes amigos.
    No te rindas,
    todavía no estás derrotado.
    No te rindas,
    sé que puedes hacerlo bien.

    Aunque lo había visto todo,
    nunca pensé que podría afectarme.
    Pensé que seríamos los últimos en irnos,
    es tan extraña la forma en que las cosas se dan la vuelta.

    Conduje a la noche hacia mi hogar (metí la noche en mi casa),
    el lugar donde nací, a la orilla del lago.
    Mientras rompía el alba, miré a la tierra,
    los árboles en el suelo, se habían quemado.

    No te rindas,
    todavía nos tienes a nosotros.
    No te rindas,
    nosotros no necesitamos mucho de nada.
    No te rindas,
    porque en algún sitio hay un lugar,
    al que pertenecemos.

    Descansa tu cabeza,
    te preocupas demasiado,
    todo irá bien.
    Cuando los tiempos se ponen duros,
    puedes apoyarte en nosotros,
    no te rindas,
    por favor, no te rindas.

    Tengo que irme de aquí,
    no aguanto más.
    Me voy a quedar sobre ese puente
    manteniendo mi mirada hacia abajo,
    lo que sea que pueda venir y lo que pueda marcharse,
    ese río se lo llevará (ese río está fluyendo)
    ese río se lo llevará.

    Me mudé a otra ciudad,
    intenté con fuerza sentar la cabeza.
    Para cada trabajo, tantos hombres,
    tantos hombres a los que nadie necesita.

    No te rindas,
    porque tienes amigos.
    No te rindas,
    tú no eres el único.
    No te rindas,
    no hay ninguna razón para estar avergonzado.
    No te rindas,
    aún nos tienes a nosotros.
    No te rindas ahora,
    estamos orgullosos de quién eres.
    No te rindas,
    sabes que nunca ha sido fácil.
    No te rindas,
    porque creo que existe el lugar,
    un lugar al que nosotros pertenecemos.

    Peter Gabriel – Don’t give up – No te rindas

  • Pentesilea
    Publicado a las 23:35h, 15 abril

    Este poema de Walt Whitman ayuda a encarar la vida aunque, en ocasiones, nos cueste.

    No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
    sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
    No te dejes vencer por el desaliento.
    No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
    que es casi un deber.
    No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
    No dejes de creer que las palabras y las poesías
    sí pueden cambiar el mundo.
    Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
    Somos seres llenos de pasión.
    La vida es desierto y oasis.
    Nos derriba, nos lastima,
    nos enseña,
    nos convierte en protagonistas
    de nuestra propia historia.
    Aunque el viento sople en contra,
    la poderosa obra continúa:
    Tu puedes aportar una estrofa.
    No dejes nunca de soñar,
    porque en sueños es libre el hombre.
    No caigas en el peor de los errores:
    el silencio.
    La mayoría vive en un silencio espantoso.
    No te resignes.
    Huye.
    “Emito mis alaridos por los techos de este mundo”,
    dice el poeta.
    Valora la belleza de las cosas simples.
    Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
    pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
    Eso transforma la vida en un infierno.
    Disfruta del pánico que te provoca
    tener la vida por delante.
    Vívela intensamente,
    sin mediocridad.
    Piensa que en ti está el futuro
    y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
    Aprende de quienes puedan enseñarte.
    Las experiencias de quienes nos precedieron
    de nuestros “poetas muertos”,
    te ayudan a caminar por la vida
    La sociedad de hoy somos nosotros:
    Los “poetas vivos”.
    No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.

  • Pentesilea
    Publicado a las 00:34h, 15 abril

    El mundo, de un día para otro, ha pasado de ser duro a ser implacable con los humanos.

    El mundo – ese que no cumple casi nunca toda la esperanza que ofrece – luce hoy peor, transformado en un gran hacedor de miedo, angustia e incertidumbre que nos va poseyendo ferozmente.

    Creo que es en el amor, la esperanza y la reflexión en lo único en lo que todavía podemos confiar; porque no podemos dejarnos poseer por ese desencanto que desfila a sus anchas por nuestro hábitat, tambaleando las fichas de nuestro tablero vital e intentando «marcarnos» un jaque mate existencial.

    En 1954, uno de mis escritores favoritos, Albert Camus publicó una colección de ensayos titulada El Verano.
    En estos días extraños, he vuelto a perderme entre sus sabias palabras porque, siempre, hay un hueco por donde se cuela la belleza y la serenidad.

    «En medio del odio descubrí que había, dentro de mí, un amor invencible. En medio de las lágrimas descubrí que había, dentro de mí, una sonrisa invencible. En medio del caos descubrí que había, dentro de mí, una calma invencible. Me di cuenta a pesar de todo eso… En medio del invierno descubrí que había, dentro de mí, un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque esto dice que no importa lo duro que el mundo empuja contra mí; en mi interior hay algo más fuerte, algo mejor, empujando de vuelta.»

  • Rosa
    Publicado a las 19:17h, 14 abril

    Prólogo de Jorge Luis Borges para una versión deI «I Ching» .
    (Traducido al español por Wilhelm Reich).

    «El porvenir es tan irrevocable
    como el rígido ayer.
    No hay una cosa que no sea una letra silenciosa
    de la eterna escritura indescifrable cuyo libro es el tiempo.
    Quien se aleja de su casa ya ha vuelto.
    Nuestra vida es la senda futura y recorrida.
    El rigor ha tejido la madeja.
    No te arredres. La ergástula es oscura,
    la firme trama es de incesante hierro,
    pero en algún recodo de tu encierro
    puede haber una luz, una hendidura.
    El camino es fatal como la flecha.
    Pero en las grietas está Dios, que acecha.»